Antonio Velázquez, presidente de University Partners Consulting: «Las universidades tienen que ponerse las pilas con el hidrógeno, es prioritario»
«Ahora todo es Inteligencia Artificial, pero si algo pone de manifiesto es el problema de la energía»
Antonio Velázquez Vega (Cáceres, 1963) es presidente de University Partners Consulting, la primera consultora especializada en educación superior de España y Latinoamérica, y en estas semanas, uno de sus objetivos está siendo dar a conocer OH2, el primer encuentro euroamericano sobre el hidrógeno verde que se celebrará entre el 14 y el 16 de enero del año que viene en Oviedo. Como especialista en el ámbito académico destaca la transversalidad de esta cita que busca colocar a Asturias como referente del sector y avisa también de que la formación tiene que acelerarse para responder a los grandes retos que presenta este vector energético.
–¿En qué situación están las universidades en relación al hidrógeno?
–La universidad es investigación y docencia. Son sus dos vértices. En nuestras universidades sí se está investigando en estos temas, tanto en las españolas como en las latinoamericanas, pero no existe una oferta formativa reglada tan poderosa. Realmente, muchas veces las universidades no se rigen por las necesidades que pueden existir y hace falta más formación para que haya más expertos.
–¿Por qué está sucediendo esto?
–Las universidades, en general, son extraordinarias, pero son más lentas que el mercado. Esto se ve en la oferta de másteres relacionados con el hidrógeno en España, que es muy reducida. Hay en temas de renovables, en los que España es una potencia muy grande, pero apenas sobre este vector energético. Es incluso difícil saber cuántos proyectos de investigación hay, porque aunque el Consejo Superior de Investigaciones Científicas sí tiene una información muy centralizada de todos sus proyectos, en el caso de las universidades no hay ningún sitio en el que se concentre esta información. Hay que ir universidad por universidad. Así que al final las empresas cuando necesitan algo se buscan la vida, porque la burocracia es imposible.
–¿Cuál debería ser el papel de las universidades para el desarrollo de este vector energético?
–Suministrar talento y desarrollos. Lo primero que tiene que haber es investigación. Tienen que ser las universidades las que lideren la investigación en materiales, en procesos, en sistemas para ver cómo hacer el hidrógeno más eficiente y económico. Esta es la clave. Segundo, esa investigación es la que luego hay que trasladar a la formación, por tanto, hay que crear programas académicos y, tercero, algo que desgraciadamente todo el mundo siempre nos critica, que es la relación con la industria, la transferencia. Luego, también de alguna manera, tiene que haber un cierto asesoramiento a las instituciones y a las administraciones públicas.
–Los proyectos están yendo mucho más lentos de lo que se preveía en un inicio, el hidrógeno verde es aún demasiado caro, ¿llegará un ‘boom’ en algún momento?
–Sí, pero previamente tiene que haber una investigación, tesis doctorales sobre estos temas, profesores que estén interesados por esto… Nosotros también vamos lentos. Ahora la inteligencia artificial lo ocupa todo, pero lo que no nos damos cuenta es que lo que requiere esta es sobre todo energía. El gran problema que nos trae es un problema de energía. El hidrógeno verde como tal es un vector, pero es clave. En las universidades nos tenemos que dar cuenta de que los que realmente tienen una visión un poquito más adelante aseguran que el problema de la inteligencia artificial es cómo gestionamos el tema de la energía. Tenemos que ponernos las pilas, es prioritario.
–Esta es la situación de las universidades en España, pero también trabaja con las de Latinoamérica. ¿Cómo están allí?
–Hay un problema de recursos. Las universidades españolas tienen bastantes más. El gran problema en general en los países de América Latina es que no se invierte tanto en investigación y si no se hace esto, no se invierte en transferencia. En ese sentido van bastante más retrasadas, aunque hay cosas. A las universidades, en este punto, nos queda mucho recorrido. Precisamente, cuando nos contactaron desde OH2, uno de los objetivos que nos gustó es que queremos hacer informes para que las universidades sepan por dónde van las tendencias. Nos gusta ese carácter transversal de la cumbre.
–¿Quién tiene que coger el toro por los cuernos para que el hidrógeno tenga más peso en la universidad? ¿El Gobierno, las comunidades autónomas, las propias entidades educativas…?
–Al final hay un conjunto de actores.Los temas educativos, en general, están transferidos a las comunidades autónomas, pero estas funcionan por presupuestos. Si el Gobierno no te da dinero… Al mismo tiempo, las universidades tienen autonomía, deciden sus proyectos. Y luego está la Unión Europea, que va sacando líneas de investigación. Por eso un congreso de las características del que se va a celebrar en Oviedo tiene mucho sentido, porque al final, cuando nos sentamos a la mesa, normalmente todos nos ponemos de acuerdo, pero hay que sentarse a la mesa.
–¿Qué puede suponer para Oviedo acoger esta cumbre?
–Me parece muy inteligente porque va a poner a Oviedo a liderar uno de estos temas. En cuanto se pase el tema de la IA, el siguiente del que se va a hablar es el de la energía y que Oviedo se haya adelantado a esta necesidad es un paso estratégico extraordinario. Y que además lo haya hecho con esa visión tan transversal.
–¿Y cómo se transformará la FP también para hacer frente a este desafío?
–En España parecía que era un programa de segunda categoría, pero nos hemos dado cuenta de que es estratégica. Hay una demanda extraordinaria porque muchos de los que terminan la FP tienen un salario superior a universitarios. Sobre el tema que nos ocupa, la FP va mirando mucho las tendencias y pienso que su movimiento va a ser mucho más rápido. Las investigaciones llevan a unas conclusiones y tenemos que tener talento técnicamente preparado para ejecutarlas.
–¿Cuándo llegará ese gran cambio en la formación, tanto universitaria como FP?
–Viendo cómo va el mundo en el que vivimos, en un año se estarán diseñando programas de estas características. Estoy convencido, porque son muchos los científicos que están alertando ya de que el gran problema es la energía.